Una alegoría es la representación
o la expresión de una idea mediante una figura dotada de atributos simbólicos o
bien mediante el desarrollo de una metáfora. Mientras una metáfora podría ser
definida como el proceso por el que atribuye un nombre apropiado a una persona
o cosa, con base en una analogía o en una comparación sobreentendida.
Sin embargo, en una connotación
psicológica, se puede definir como una historia real o ficticia cuya finalidad
es informar, educar, curar y estimular el crecimiento interno. La finalidad es
atraer la atención consciente del individuo y burlar sus mecanismos de defensa
a fin de permitirle entrar en contacto con las fuerzas de su inconsciente,
inmensamente ricas en posibilidades y en soluciones.
Esta está destinada a establecer
conexiones, y está dirigida para todo
tipo de personas, jóvenes, adultos y ancianos. Es así entonces, un proceso
mediante el cual la persona hace un descubrimiento desde su interior; accede a
un nuevo conocimiento que surge del inconsciente individual y va hacia la mente
consciente.
Proceso para redactar una metáfora para uso clínico
Es importante que la metáfora inicie expresando la vida del paciente cuando no existían problemas o conflictos. Posteriormente, la situación- problema del paciente se divide en partes para luego crear una situación isomórfica de cada una de ellas. Se continua trabajando la finalidad de la metáfora en donde se incluye una estrategia de solución que utilice el personaje principal, la cual puede ser a través de magia u objetos que llamen la atención del paciente. Para concluir se redacta un final feliz, en donde el problema esté solucionado y todo regrese a la normalidad.
Referencia Bibliográfica
Dufour, M. (2003). Cuentos para Crecer y Curar.
Editorial Sirio, S.A. Málaga, España.
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